Reservamos 3 habitaciones. Aunque están remodelando el hotel y parece quedará bonito, las camas no son nuevas, suenan mucho con cualquier movimiento, las paredes entre habitaciones son muy ligeras por lo que se escucha el vecino o la gente pasando por los pasillos. En una de las habitaciones las sabanas estaban sucias cuando llegamos, pidieron cambio y no mejoró mucho, luego pidieron una cobija y al desdoblarla estaba toda rota. Las chicas de recepción poco cordiales. El desayuno muy pobre, un jugo de naranja de cartón horrible, siempre fuimos a comer a Ana y Juana o Tante Sara para el desayuno. El hotel es muy céntrico, lo cual es un gran punto a favor.